La tradición jacobea tiene en Padrón su origen y son numerosos los lugares de este municipio en los que las huellas de las creencias religiosas llegan hasta nuestros días.
En el presbiterio de la iglesia de Santiago, situada a la orilla del río Sar y del puente del Carmen, se conserva el "Pedrón", una ara romana de la que etimológicamente procede el nombre de la villa de Padrón y que estaría dedicada a Neptuno, dios de los mares y de todas las aguas. Se aprecia en esta area la inscripción "NO ORIS ESES D S P", que se interpreta como "A Neptuno, el Foro Iriense, con su dinero".
Según la tradición cristiana de la Traslatio Jacobea, recogida en el Libro III del Códice Calixtino, dos discípulos del Apóstol, Teodoro y Atanasio, amarraron a este militario romano la barca que, guiada por un ángel, transportaba su cadáver desde Haffa (Palestina), donde había sido martirizado. En aquel entonces se consideraba que el cuerpo del Apóstol debía descansar en el lugar más lejano de predicación y se piensa que ese punto era Padrón, concretamente el monte de San Gregorio, en cuyas piedras el Apóstol Santiago había predicado a los gentiles y donde había hecho brotar con su báculo la fuente milagrosa debajo de la ermita.
Este santuario paleocristiano es un lugar histórico de peregrinaciones jacobeas desde la Edad Media, siendo impulsado en el siglo XV por el arzobispo Rodrigo de Luna y a comienzos del siglo XX por el arzobispo Martín de Herrera.
A este monte, en el que cada 25 de julio se celebra la romería del Santiaguiño, se accede subiendo las escaleras del Vía Crucis y en el se encuentran otras referencias a la tradición jacobea: la capilla con la tumba de Gregorio, la casa del ermitaño, la fuente milagrosa y el conjunto de las piedras con la figura de Santiago. Todo un escenario de gran belleza paisajística y desde donde se puede contemplar la mejor panorámica del valle de Padrón.
Históricamente, desde que los restos del Apóstol fueron llevados a Santiago de Compostela, Padrón se convirtión en el principio de la ruta hacia el sepulcro para los peregrinos que llegaban por mar. Con el paso del tiempo, la consolidación de las peregrinaciones a Santiago afectaron a todos los lugares por los que discurría el Camino y la villa de Padrón, como punto del Camino Portugués, fue uno de ellos. Cada año miles de peregrinos pasan por Padrón caminando hacia Compostela, puesto que en muchos casos constituye el punto de partida de la última etapa del Camino Portugués.